La princesa sin trono

Estoy en uno de esos días en que no se muy bien si mañana saldrá el sol otra vez.
Como he podido descuidarme de tal manera? Después de una semana sin pesarme, cual ha sido mi sorpresa al subir a mi pequeña enemiga y ver horrorizada dos kilos que antes no estaban!
Es bien sabido que la facción gorda de mi cerebro ha decidido ponerse en mi contra y hacer que me apetezca toda clase de mierdas inimaginables. Que por supuesto no he podido rechazar.
¿Como puedo ser tan cerda comiendo?

Desde luego esto no puede ni va a quedar así. Si he de enfadarme con mi cuerpo y mi mente me enfadaré con ellos si a cambio consigo ser la mitad de delgada que quiero llegar a ser.

No os pasa a veces que estais perfectamente, sin hambre pero vuestro cerebro de repente dice "Quiero comer! Dame de comer" y noooooooo no le apetecen productos light ni fruta ni verdura. Se le antojan patatas fritas, chocolate o cualquier otra chuminada que tengas por medio.
A veces pienso que dentro de mi cabeza hay un niño mal educado al que se le antojan las mayores basuras culinarias posibles.

AAAAAAAAAAAARG! Odio esto. Lo ODIO, lo ODIO, lo ODIO!!!!

Somos las eternas princesas sin trono. Sin voz ni voto en la vida. Lo único que queda es el control en la comida y ni eso a veces...